Las maquetas parecen un recurso anticuado y de antaño, que nos hacían fabricar las docentes del siglo XIX, pero no por ser antiguo es menos efectivo a la hora de aprender y de enseñar, es una metodología que realmente si lo pensamos bien, nunca pasa de moda.
Creo que todos aprendemos haciendo maquetas, los profes y ni hablar de nuestros alumnos. No solo aprenden acerca del contenido conceptual que quieren transmitir; mientras la están elaborando, sino además están recreando con sus propias manos (en algunos momentos muchas manos) un paisaje, un momento, una situación; para compartirla con un otro que va a juzgar su trabajo, no solamente por la cuestión estética, sino por el realismo con el cual se representa el tema a esquematizar.
Pueden ponerse meticulosos, pueden abundar los detalles, pueden transformar una pequeña caja de medicamentos en un edificio, palitos de helado en cercos, semáforos o bancos, pintan, escriben, pegan y por supuesto investigan previamente para su elaboración.
Luego es útil que defiendan su trabajo, que expliquen el procedimiento para la construcción y que es lo que quisieron graficar.
Este tipo de trabajos resulta ser muy útil para ser realizado para Ferias de Ciencia, y fomenta en nuestros alumnos el trabajo en grupo.
Abajo les muestro unas maquetas, creadas por mis alumnas de PEP de Primer Año para la cátedra de Problemática de las Ciencias Sociales. Nótese que ellas estuvieron en todos los detalles de la construcción, pero claro, estamos hablando de adultos, en el caso de los niños el resultado puede ser otro.
La idea del trabajo era que en reducidos grupos, escogieran un tema de Ciencias Sociales que quisieran o les interesara graficar, la elección se las dejé a su libre albedrío. Luego de ello buscarían información sobre el tema y finalmente elaborarían la maqueta, que finalmente deberían presentar frente al grupo. Lo que rescato es la creatividad en el uso de toda clase de materiales que se transformaron para darle vida a hermosos paisajes.
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